Emprendimos la subida. Al principio iba todo según lo esperado, frenando cada tantos minutos a descansar un poco. El problema empezó cuando la molesta de mi rodilla, que tiene un tendón "gastado", empezó a doler. Y no era el dolor como las (pocas) veces que fui a correr. Dolía en serio! Y así fue, toda la hora de subida tratando de poner el pie de alguna forma que haga doler menos la rodilla. Para colmo a Pablo, uno de mis amigos, se le rompió la suela de sus zapatillas (que tenía desde los 13 años...). Pero seguimos. Y empezó a caer agua nieve. Cada lugar que parecía ser "el último esfuerzo" o "los últimos metros" venía seguido de otra montañita más, hasta que llegamos a la que evidentemente era la última subida. Manchones de nieve alrededor, poco viento, un frío terrible. Subimos ese tramo casi corriendo. Buen, casi caminando. Y ahí llegó el momento cúlmine de este relato, llegué al momento cúlmine del viaje y de esa caminata.
Estaba parado en la punta, justo antes de la bajada a la laguna y me sentí realizado. Yo, con un estado físico bastante deplorable. Yo, que nunca fui constante con el ejercicio. Yo, que tenía mal la rodilla. Yo, que llegaba anteúltimo en el test de Cuper, y sólo porque Pablo es asmático. Yo estaba parado, después de caminar, subir, bajar, en un lugar increíble. Me sentí el más más. Un he-man sin espada y abrigado, pero real.
La bajada fue lenta porque Pablo no se sentía seguro bajando con un cacho de suela menos. Y, en el rato que duró el "descenso", descubrí que algo peor que la subida con una rodilla mala es bajar con una rodilla mala.
Cabe destacar que no vi el Fitz Roy porque estaba completamente tapado por las nubes y sentí la correntada de viento más fuerte de mi vida justo donde casi se conectan las dos lagunas, pero experimenté esa sensación tan linda. Se podría decir que nevaba, nos tiramos bolas de nieve y hacía un frío que, en palabras del gran QQ "mirá como estoy -muestra los guantes-, once de enero...".
Estaba parado en la punta, justo antes de la bajada a la laguna y me sentí realizado. Yo, con un estado físico bastante deplorable. Yo, que nunca fui constante con el ejercicio. Yo, que tenía mal la rodilla. Yo, que llegaba anteúltimo en el test de Cuper, y sólo porque Pablo es asmático. Yo estaba parado, después de caminar, subir, bajar, en un lugar increíble. Me sentí el más más. Un he-man sin espada y abrigado, pero real.
La bajada fue lenta porque Pablo no se sentía seguro bajando con un cacho de suela menos. Y, en el rato que duró el "descenso", descubrí que algo peor que la subida con una rodilla mala es bajar con una rodilla mala.
Cabe destacar que no vi el Fitz Roy porque estaba completamente tapado por las nubes y sentí la correntada de viento más fuerte de mi vida justo donde casi se conectan las dos lagunas, pero experimenté esa sensación tan linda. Se podría decir que nevaba, nos tiramos bolas de nieve y hacía un frío que, en palabras del gran QQ "mirá como estoy -muestra los guantes-, once de enero...".
Jaajajajajajaj :D Esta bien!!!!!!!!!!!! Yo dedico el verano a subir algunas montañas! Pero cuando la subida se pone peliaguda y llegas te sentis He man!! jajaja
ResponderEliminarque lindo que llegaron, así y todo, mochos y con suelas de menos!
ResponderEliminarCuanto más te cuesta algo, más lo disfrutas cuando lo tenes...tal vez si no te dolía tanto la rodilla no te sentías tan groso allá arriba...no?
decile a tu rodilla que ni se le ocurra romper las bolas en lo que viene
ResponderEliminarGuada, es importante resaltar HE-MAN y no el principe Adam que era un pelele
ResponderEliminarChipi, si no me dolia tanto la rodilla hubiese podido sacarme foto saltando de alegria, pero me limite a que sea parado de alegria.
Pana, renuevo mi compromiso: "el viaje no se suspende ni aunque me parta la espina dorsal"
Muy buen blog Victor!!! pasate por el mio!!
ResponderEliminarEspero que todos anden bien. Un beso
Mira quien tiene blog! Como va Luquitas?
ResponderEliminarLuego paso.
Suerte!!