Desde la plaza, bajo ansioso por encontrar el río que traiga ese aire fresco. Cierro la puerta y camino por las calles de siempre. Llegando a la estación, estoy en un camino distinto al de ayer. Veo el sendero y te miro buscarme. Un beso, al fin! Cómo necesitaba el agua! Porque después de tanta aridez, el río despeja un poco. Y desandamos el camino, juntos, de vuelta. Nos sentamos en un banco de la plaza y me patino. No me caigo, así que sigo río abajo. La tarde se pone triste porque falta poco. El mediodía se hace sentir, el sol pega fuerte desde arriba. Mi corazón explota y te cuenta(,) mi amor. Resbalo y me sumerjo en el río. Nado en felicidad, ya no importa qué pasa mañana. Tengo el cuerpo húmedo. Estás sobre mí, debajo, alrededor, por todos lados. Tus brazos y tus piernas me abrazan. Ya semidesnudo siento el cocer del sol, la ropa secándose. Huelo tu piel, aroma dulce, te da frío mi nariz. Mis ojos pasan atentamente por cada palabra, cada sílaba; mi mano por cada curva, cada fuent