Ese maldito momento en que el sueño te vomita en la cara todo tu subconsciente, todas las vicisitudes con las que te venías haciendo el boludo en vigilia, y te obliga a presentarte todos los cambios que tenés que plantearte. Que necesitás plantearte.
Es una obligación, ya, plantear cambios.
El sueño, ese único momento de desprotección total, de entrega a lo que uno lleve dentro, a lo que uno es. De resignación, aceptación, reflexión y decisión. Para que al despertar nada de eso haya sido, pero fue. Y no se puede más que aprender de lo vivido, despierto o dormido.
Es una obligación, ya, plantear cambios.
El sueño, ese único momento de desprotección total, de entrega a lo que uno lleve dentro, a lo que uno es. De resignación, aceptación, reflexión y decisión. Para que al despertar nada de eso haya sido, pero fue. Y no se puede más que aprender de lo vivido, despierto o dormido.
Comentarios
Publicar un comentario